domingo, 7 de septiembre de 2014

2 : Siglo XX

Historia genérica de Coria y Sevilla en el primer tercio del Siglo XIX


En los albores del siglo XX Andalucía  y así mismo Coria, ya habían perdido sobradamente el tren de la industrialización, iniciada en otras zonas europeas un siglo antes, y  seguían sumidas en la crisis y lastrada por la pervivencia de sus injustas estructuras agrarias. Como prueba de ello nos encontramos con que la propuesta de instalar en Coria la fábrica de abonos (instalada finalmente en San Juan de Aznalfarache y conocida más tarde como Cross) es rechazada por la oligarquía local que domina el ayuntamiento. En efecto la instalación de dicha fábrica, suponía para ellos el peligro de establecer una competencia de salarios con respecto a la miseria que se le pagaba a los jornaleros corianos y por tanto iba en contra de los intereses caciquiles.  En los primeros compases del s. XX, todavía tienen alcance las consecuencias sobre Sevilla y su entorno la pérdida de las últimas posesiones coloniales de España (Filipinas y Cuba).

La Constitución de 1876 propició una gran inmovilidad política propiciada y un bipartidismo representado por liberales y conservadores, por lo que esto consagró una nefasta situación de caciquismo reinante en Coria. No obstante surge una tercera fuerza política tanto a nivel de Coria como de España, los republicanos que preveer reformas para el siglo XX que comienza.  En particular el partido republicano de Coria coge mucho más fuerza que en  otros muchos municipios agrarios de la provincia de Sevilla. De cualquier forma el panorama sigue hallándose a dominado por el subdesarrollo, con unos niveles de paro y hambre extremos. En particular los obreros del campo y por tanto el sector mayoritario de la población coriana en aquellos años de una gran actividad política se hallan afiliados al sindicato anarquista CNT. Estos sindicalistas pretenden mejorar sus condiciones laborales pero al mismo tiempo se oponen a la mecanización del campo (destrucción y quema de máquinas). En esa época una huelga de trabajadores en un campo podía casi siempre derivar en una huelga solidaria de trabajadores de la ciudad entera y viceversa. De esta forma, las huelgas generales no eran "convocadas", simplemente sucedían y la CNT las propagaba. Así fue muy importante una huelga general en 1919 (huelga de la Canadiense) y en ese mismo año en Sevilla estalló una bomba sin grandes consecuencias a la salida de la catedral del Gran Poder.


Por otra parte este comienzo de siglo supuso unos primeros avances técnicos como son la llegada de la electricidad a Coria y de los primeros automóviles, lo que hizo que también se modernizase el camino que la unía con Sevilla convirtiéndose en carretera.

 Desde los comienzos del siglo XX surge un impulso renovador en la ciudad de Sevilla con la preparación de la Exposición Universal de 1929. Este evento supuso la potenciación del sector de la construcción nos deja la construcción  que acompaño a la  remodelación de la infraestructura de la ciudad para modernizar y mejorar la comunicación: red de tranvías y canalización del río. Entre los logros urbanísticos están la construcción de la Plaza de España y el Parque de María Luisa. Todo ello supuso un empuje indirecto para Coria, pues dio mucho trabajo a sus hornos de ladrillos, y al sector de transporte fluvial.

Entre 1903 y 1926, se realizaron las modificaciones especificadas en el Plan Moliní con el fin de simplificar la navegación hasta el puerto de Sevilla: el canal de Alfonso XIII, creando un acceso en línea recta entre los dos extremos del meandro de Tablada. En 1926  el puente de hierro Alfonso XIII, fue inaugurado por el mismo rey, se trataba de un puente basculante que permitía pasar el canal de Alfonso XIII (la dársena). El puente de San Juan, fue construido en 1930 y un año después  en 1931, fue inaugurado otro nuevo puente basculante, el Puente de San Telmo. Todas estas infraestructuras mejoraron la comunicación terrestre de Coria con la capital.

 La dictadura del jerezano Primo de Rivera, entre 1923 y 1930, trajo consigo algunas mejoras, destacando el declive del caciquismo. Las elecciones municipales de 1931, en Coria como en el resto de España, supusieron una clara victoria del partido republicano, cuya representación en los ayuntamientos desembocó en la proclamación de la Segunda República Española ese mismo año. La victoria de los partidos republicanos en las principales ciudades españolas obligó al rey Alfonso XIII a tomar el camino del exilio y se proclama la II República.

La República fue un periodo de gran inestabilidad política, en el que no se resolvieron los grandes problemas de Andalucía, entre ellos la Reforma agraria y el analfabetismo. En esta situación aumentó la penuria económica y el descontento de la clase trabajadora que se dejaba llevar cada vez más por ideas revolucionarias, al mismo tiempo la resistencia de los propietarios de las tierras no tuvo más que desembocar en un enfrentamiento abierto entre ambos sectores sociales dando paso a la Guerra civil española en el 1936.
   
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A este negro panorama económico, sólo contrarrestado por las exportaciones de vino y aceite, se añadió la repercusión de los procesos de independencia en la América española, que privaron a Andalucía de la influencia y los recursos comerciales de siglos anteriores. Durante las décadas siguientes, mientras muchas zonas de Europa iniciaban ya su despegue industrial, el desarrollo andaluz se vio obstaculizado por el mal reparto de la tierra –un problema que en muchos casos se remontaba a la distribución realizada por los conquistadores castellanos siglos atrás– y la falta de iniciativa de las clases sociales que podían protagonizar el cambio económico. Estos sectores se beneficiaron de la liberalización de los cuantiosos bienes ociosos de la Iglesia, pero, lejos de invertir sus ganancias en crear industrias, acentuaron el latifundismo y las desigualdades.

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