domingo, 7 de septiembre de 2014

5 : Paisajes y Territorios De Coria

13 Ene 2011

PAISAJES Y TERRITORIOS DE CORIA (I). LA MARGEN IZQUIERDA

Escrito por: Francisco Jose Barragán de la Rosa el 13 Ene 2011 - URL Permanente
Desde la Reconquista cuando Alfonso X El Sabio hace el reparto del Reino de Sevilla (1265) y a partir de entonces Coria es repoblada por cristianos llegados desde el norte (de forma incierta no sabemos cuantos fueron realmente pero hemos de pensar que el mayor numero correspondió a catalanes y leoneses) el paisaje no ha cambiado del que conocieron nuestro bisabuelos, a no ser de la colonización agrícola que llevó a la roturación de muchas tierras ocupadas por pastizales, montes y dehesas siempre que la feracidad del suelo lo permitía. También se emprendería la desecación de humedales y lagunillas. Estas transformaciones como digo ocurrieron paulatinamente, aunque el cambio mayor se produjo en el s. XIX. También al anchura del río Guadalquivir a su paso por nuestra localidad era mayor, si bien su profundidad también era menor ( dar dato*) .
Los paisajes del término coriano que hay en la margen derecha se componen de la Ribera, la Vega, las Albinas y el Monte . En primer lugar está la Ribera constituida por las propias márgenes del río; a continuación la Vega, que son unos terrenos llanos y fértiles, formados por limos y barros que el río ha depositado en sus desbordamientos; a continuación aparecen las Albinas, una serie de depresiones que permanecen con agua la mayor parte del año formadas en las riadas como brazos extras del río, para finalmente acabarse el terreno llanos con una pendiente que alcanza una plataforma, terrenos conocidos antiguamente como el Monte, que es una terraza fluvial antigua formada por conglomerados, gravas, arenas y a veces albero. Tanto en las Albinas como el Monte son terrenos poco productivos por ello se les ha dado tradicionalmente uso como pastizales y dehesas.
La Ribera sobre la orilla del mismo Guadalquivir, es un territorio anfibio y marcado por los ciclos de presencia/ausencia de agua o de salinidad/no salinidad de la misma, está integrada por bosque caducifolio de galería (sotos) con álamos negros y blancos y mimbreras con una orla exterior que correspondería a un zarzal espinoso, junto con prados que en verano permanecían esponjados y aún con abundante yerba verde por la ascensión capilar del agua subálvea del río. Esta ribera podía estar atravesada en ciertos puntos por algunos pequeños caños del río que penetraba ligeramente fuera de sus propias orillas rodeados de cañas y espadañas. En tiempos anteriores cuando el paisaje de marisma estaba más aguas arribas y propiamente a la altura de Coria, se daban entonces las “tablas de aguas” de las marismas dulces con juncos, eneas, castañuela, carrizos y bayuncos.
La Vega es la gran llanura de inundación el Guadalquivir, sus tierras formadas por arenas, lodos y barros que provienen del arrastre del río en los momentos de avenidas, predominan las arcillas con alta carga de materia orgánica que le da su color gris oscuro característico. Estos suelos de la Vega de nula pedregosidad son los más ricos del término debido a su altísimo aprovechamiento agrícola y han sido tradicionalmente cultivados con cereales y leguminosas, si bien cada tres años debían permanecer en barbecho.
Las Albinas eran una serie de más o menos continua de lagunas o lagunillas que existían al pie de la terraza, conocidas también como marjales o caños cuando tenían una disposición alargada y paralela al cauce principal del río. Las Albinas ocupaban unas suaves depresiones que nunca acababan de secarse en verano porque en ellas había unas fuentes naturales por las que afloran aguas dulces desde las terraza o bien por ser reliquias de un antiguo brazo abandonado del río Guadalquivir, que iría desde Torre de los Herberos hasta morir en el actual “brazo del Este” (más o menos ocupando una franja próxima a por donde hoy discurre el cauce artificial tras el desvío del río Guadaira). La vegetación que orlaba las lagunas era semejante a la de la ribera y en ella predominaban juncos, el carrizo, la enea y cañas, junto con arbustos como el taraje y algunos olmos algo alejados del agua. Esta vegetación tenía controlado su crecimiento por la mano del hombre y el paso continuo del ganado para abrevarse en ellas . Estos humedales existieron hasta los años 1950-70 según se aprecia en la hoja 1002 del IGC de 1972 basada en datos de 1964 (escala 1:50.000). Los nombres de algunas de esos humedales, hoy inexistentes debido a su desecación por nivelación del terreno y drenaje a través de gavias, son: Laguna del Cucadero que sería la mayor (registrado en un antiguo plano de vías pecuarias del término de 1873 como una parte residual de la llamada anteriormente Albina del Ciego), laguna de Aguas Blancas, Marjal de Suárez (gran propietario ganadero del s. XIX) y Marjal del Ancón.

Recreación de una albina que nos da cuenta del aprovecahmiento ganadero de estos terrenos
El Monte situada sobre una plataforma elevada que domina la Vega de Coria (entre 20 y 25 m sobre el llano), al parecer todo este terreno se conoció en un tiempo como Cascajera (de donde tomó nombre solo la actual finca coriana) en razón a los abundantes cascajos presentes en el área .Por otra parte es lógico que esta zona formadas mayoritariamente de gravas y arenas con una productividad nula para la agricultura, acabasen destinadas al aprovechamiento forestal y ganadero. En particular se concentraba allí todo el ganado en los momentos en que toda la Vega y las Albinas se hallaban arriadas. En el Monte crecía la maleza, el monte bajo formado por cantueso, tomillo, coscojos y lentiscos, junto a árboles como la encina, el alcornoque y el acebuche que era predominante. De toda esta zona se segregaron de lo bienes del Común una dehesa para la Hermandad del Santísimo Sacramento (la Hermandad) posiblemente antes del s.XVII, la propia dehesa de la Atalaya que permaneció como tal y por último en el s. XIX el Cortijo de la Cascajera que pasó a propiedad de la familia Ibarra dueños de una importante naviera. Tras estos terrenos ya pasado el limite de nuestro término se encontraba otra franja equivalente perteneciente a Dos Hermanas (o al municipio desaparecido de la Serrezuela) que en lugar de Cascajera pasaba a denominarse dehesa de la Corchuela, en razón de que allí predominaba el alcornoque.

Recreación del acebuchar y monte bajo, lo que nos da cuenta de su aprovechamiento ganadero, pues no solo las hierbas son consumidas por el ganado, sino la acebuchina y el ramon del acebuche
Después de la Reconquista, la deforestación en toda la Baja Andalucía progresaría rápidamente, y únicamente se respetaron los terrenos marginales como los citados del Monte y las Albinas, que definitivamente quedaron como dehesas y abrevaderos para el ganado de todo tipo de cabañas, siendo de especial importancia la bovina para producción de carne, leche y fuerza de trabajo para las yuntas de vacas y bueyes, también la caballar y en menor medida la porcina. Por eso la configuración del territorio en “aquel lado” entre el s. XVIII-XIX era clara: la Vega agrícola y el Monte forestal (leña y carboneo) y ganadero. El Monte pedregoso y en alto, permanecía adehesado en manos del Concejo de Coria como principal propietario, es decir formando parte de los bienes del común, mientras que poco a poco iban pasando a bienes de propios, aquellas tierras que tenían una mínima feracidad para el cereal. Las vecinas Albinas eran también apropiadas para el disfrute del ganado, sirviéndoles las orillas en torno a las lagunillas de pastos frescos y abrevadero durante el otoño e invierno. En el Monte, se resguardaba el ganado en época de grandes temporales de lluvia en otoño y primavera, cuando la Vega y por supuesto las Albinas estaban anegadas durante semanas. Al final de la primavera el Monte y las Albinas se convertían en un secarral que no podía alimentar al ganado
El problema se resolvía mediante una trashumancia de corto alcance dentro del mismo término coriano, se llevaban los animales (“la boyá”) a pastar durante todo el verano a la Vega aprovechando el pasturaje de las rastrojeras de las tierras de cultivo de la Vega que quedaban tras la cosecha de Junio largo, conducidos por el vaquero del Concejo (el yegüerizo en el caso de caballos y mulos) acompañado de sus correspondientes zagales. El ganado se abrevaba en el río a donde descendían por las “bajaeras” una o dos veces al día y disfrutaba también de la fresca sombra de los álamos negros y blancos, olmos y mimbreras que crecían en las orillas. Allí permanecían durante el verano, aprovechando también en ciertos momentos. Por la tarde acudían al cerrado donde iban a pasar la noche junto a la choza del vaquero que tenía allí también a su familia (el último cerrado empleado fue el de Manolo Japón , el de José de Diego). Al llegar las primeras lluvias otoñales el ganado emprendía el camino inverso (“de la vega al monte”), pues en la dehesa reverdecían los pastos y se llenaban las albinas. Este ciclo pendular del ganado se conservó en Coria hasta los años 1960.
Comentarios
Abelardo dijo

Segun tengo entendido elterreno que ocupa la Hermandad en el otro lado del rio pertenecio a al Iglesia ¿es esto verdad?
23 Enero 2011, 21:33
Francisco Jose Barragán de la Rosa dijo

En efecto Abelardo, la finca de La Hermandad recibió este nombre porque perteneció a la Cofradia o Hermandad del Santísimo sacramento, es decir la hermandad sacramental ubicada en la parroquia de Santa María de La Estrella. De hecho esta hermandad se funda en el s.XVI y es muy rica pues tiene, posiblemente por un acuerdo del concejo municipal, cedidos los terrenos indicados para dehesa y en ellos pastarían los ganados (principalment vacunos) de esa hermandad.Además prueba de ello es que tenía una gran cripta de enterramiento en el templo parroquial (aproximadamente debajo de donde hoy se encuentra el sagrario) a esta cripta se accedía mediante escalera descendente por dentro del cementerio parroquial (que se encontraba por fuera asosado al costado este dela iglesia) y a este enterramiento privilegiado tenían derecho los hermanos de dicha Cofradia del Santisimo Sacramento. Es de suponer que eran hermanos bastante ricos , que irian acrecentado el patrimonio de esa cofradía (custodia, enseres liturgicos, propiedades etc.). Por otra parte tengo una fundada sopecha que la Hermandad organizaba los festejos más grandes de la localidad cuando aún no se habái inaugurado al feria ganadera de Coria ( en ello se gastaría un buen dinero (luminarias, polvora, bandas de danzantes, representacion de autos sacramentales, procesión etc.). Sin duda el Corpus Christi fue la fiesta mas relevante anteriormente, como lo siguió siendo en La Puebla junto a Coria, que siempre siguó costumbres paralelas. En todo caso en la Puebla ha continuado y en Coria estas fiestas se extinguieron. Sin duda tuvo un gran peso en ello la desamortización eclesiástica de Mendizabal (1836) ya que como consecuencia de ello la Hermandad se quedaría sin su principal fuente de ingresos.
Esta finca por su tamaño fue inasequibles para su compra por pequeños propietarios corianos, pero muy posiblemente su adquisición en cambio correpondió a algú adinerado forastero (sin que pueda en este momentoprecisar el comprador).

Así decayó el Corpus como fiesta civico-religios en Coria y surgió la Feria de ganado como fiesta civil.

1 comentario:

  1. Evidentemente el paisaje local se haya inscrito en el regional de la Baja Andalucia tnato a nivel físco como humano. La Baja Andalucía comprende diversos paisajes naturales: la Campiña las márgenes del río o Ribera del Guadalquivir y las zonas Marismeñas que tanto han marcado la historia de la zona. Por una parte de trata de una región abierta bien comunicada por medio de la navegación con el Atlántico y el Mediterráneo con una vocación natural hacia el comercio y la pesca. En la baja Andalucía ha habido tradicionalmente un paisaje denominado la Campiña marcada por la sequedad del clima, con una larga estación estival prácticamente seca por completo, por temperaturas elevadas, un agua escasa y una vegetación magra: no hay lugar, aquí, para el ganado mayor, es la región de las cabras y de los carneros, también el la Ribera del Guadalquivir se puede criar con buen rendimiento los cerdos. Sin embargo en la Campiña arraiga el cultivo de la vid, del olivo y de la higuera que necesita de un trabajo asiduo durante muchos años, antes de cosechar los abundantes frutos del olivo y de las viñas e higuerales. También el trigo y la cebada son muy productivos si las precipitaciones acompañan. Este es el modo característica de explotar el suelo en la campiña. Tanto la Ribera como la Campiña han permitido asentar una nutrida población fija que explotaba sus ricos y variados recursos.
    Por último tenemos las Marismas e Islas del Guadalquivir, que es la última pieza para encajar este puzle. Las vastísimas marismas se encuentran situadas en la desembocadura del río cuyo origen tuvo lugar al formarse un gran estuario que fue rellenándose con los aportes y acarreos del río, hasta el punto de llegar a configurar el gran "lago del Betis", para pasar a un fangal inmenso y peligroso, y, posteriormente a unas islas interiores de suelo salino con una vegetación en muchos casos halófila que sólo sirve para la alimentación animal en los momentos de lluvias torrenciales (desde otoño al comienzo de la primavera). Por eso este inhóspito hábitat sin embargo permite el sostenimiento de una gran cabaña de ganado vacuno y equino muy bien adaptado a las duras condiciones ambientales, pero que necesita trashumar un gran trayecto hacia otras zonas de pastos en las Sierras llamadas Morenas y sobre todo a las estribaciones del Sistema Ibérico y Central. Estos ganaderos constituyen pues una población móvil de manera ancestral sobre todo a través de los pasillos de la Ruta de la Plata y del Camino de la Mancha. Por tanto sin las Marismas del Guadalquivir no habrían adquirido fama los toros y los caballos andaluces.

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