sábado, 25 de octubre de 2014

11 : Los Humedales De Coria

Los humedales de Coria en el s. XIX y su aprovechamiento ganadero
Esta entrega es fruto de la aportaciones hechas por mi buen amigo Francisco Jamardo quien me envió sendos mapas del termino de Coria , el primero sobre las vías pecuarias y descansaderos en 1873 publicado también en el libro "Coria del Rio. Aproximación a su realidad geohistórica"(Ed. Ayto. Coria del Rio, 1987) y un segundo mapa de 1972 (datos de 1964) en el cual F. Jamardo descubrió y coloreó los humedales existentes en la margen izquierda del Guadalquivir en el término de Coria. Por tanto queda atribuida gran parte de la autoría a F. Jamardo.
Mi trabajo en esta entrega ha consistido en superponer ambos planos con la intención de localizar los topónimos antiguos y poner en conjunción las áreas de dehesas señaladas al trabajo de Mª Teresa Henares Guerra de transcripción y comentario a un documento municipal de 1747 referente al deslinde y amojonamiento de una nueva Dehesa de Vacas en el sitio de la Cascajera que sirviese para pasto del ganado de vacas (ya existía una dehesa para bueyes y otra de yeguas)( Rev. Azotea nº 15,p. 96-107, Ayto. Coria del Río,2005).

Esta dehesa de vacas delimitada en 1747 recibiría el nombre de Dehesa de la Atalaya. La dehesa de la Atalaya, tenía esta nombradía por la presencia en este terreno delimitado de un torreón o atalaya, ya supone la autora M.T. Henares bastante en ruinas en ese momento, conocido como Torrejón de la Corchuela (no confundir con la dehesa dela Corchuela y cortijo de la Corchuela presentes en el término de Dos Hermanas). Este torreón recibía tal nombre "de la Corchuela" por estar muy próximo a la frontera entre los términos de los dos pueblos, donde daba comienzo la dehesa de "la Corchuela" de la parte nazarena, aunque el torreón se hallaba en el término coriano pero muy próximo pues al de Dos Hermanas.
Nota del Autor. Por las limitaciones del formato del Blog, recomiendo descargar la imagen a quien tenga interés en apreciar al detalle los topónimos en ambos planos.



En el plano de la hoja 1002 del Instituto Geográfico y Catastral, publicada en 1972, se observaban unas zonas bajas y anegadizas que F. J. Jamardo coloreó en azul obscuro, para poner en evidencia de la existencia de unos humedales que ya por aquel entonces debido a la construcción de diversas gavias de drenaje sólo se cubrían de agua en épocas de grandes lluvias, dando lugar a un paisaje palustre con diversas lagunas de grandes dimensiones, que cuando el río se desbordaba daba lugar a una lámina conjunta de amplísimas proporciones que podríamos denominar como "un mar de agua" donde ya no se distinguían las citadas lagunas. Luego pasada la época de los temporales se iban individualizando dichas lagunas (albinas y caños) resultando algunas de carácter prácticamente permanente. La sinuosa línea de albinas y lagunas desaparecería definitivamente cuando se acometió la construcción del canal de desagüe y desviación del río Guadaira acometida en 1969 con motivo de la fase inicial del canal de Sevilla-Bonanza que no se llevó a efectos completos. Hoy en día el canal del río Guadaira divide en dos el término coriano de “Aquel Lado”.
Puedes enlazar con el post sobre los paisajes de Coria del Rio

De ellas podemos suponer como más permanentes la Albina del Ciego, la Laguna del Cucadero( donde las vacas se libraban del molesto insecto conocido como cuca), la del cortijo de Bastero conocido también antiguamente como de Don Alvaro y la de Cestero. Anteriormente a 1795 existía el meandro de la Merlina en el curso del Guadalquivir, al hacerse en dicha fecha la corta de la Merlina, quedó un brazo de río abandonado que dio lugar al arroyo de Rioviejo que nacía precisamente en otra laguna semipermanente que es la que se marca en el mapa. Por otra parte ya en el término de Dos Hermanas existían las marismas de Dos Hermanas una masa de agua de gran extensión que cuando rebosaba se comunicaba con el Brazo del Este del Guadalquivir a través del Caño Navarro. Por último también con menor masa de agua estaban el Caño de las Cabras y el Caño de Jaraquemada también hondonadas tributarias del Brazo del Este pero que perdían la conexión con el río y se secaban más rápidamente. Es de destacar que la palabra caño se atribuye a un brazo del río que en su momento entraba en tierra por el efecto de las mareas pero que con el transcurso del tiempo ha podido quedar abandonado, únicamente actúa como ancho paleocauce de drenaje cuando rebosa de agua por efecto de periodos de tormentas (en el mapa he señalado sus conexiones en celeste claro).
Poco más o menos en el siglo XIX nos encontramos con un paisaje formado por albinas y lagunas en una amplia zona del término coriano, esto sin contar otras múltiples lagunillas presentes en la terrazas superiores de gravas que corresponden a la zona de la Dehesa de la Hermandad del Santísimo Sacramento, la Atalaya y la Cascajera, que por su menor extensión y sernos menos conocidas no hemos señalado en el mapa.

Sobre las características fisiográficas de esta zona del término ya hemos hablado anteriormente en este blog, incidiendo en la formación de estos humedales. Como corresponde a estas zonas con terrenos muy pedregosos ( hacia arriba, al este de la Cañada Real de la Mata del Chaparro, conocida también como vereda de la carne que era un camino que conducía por la ribera del Guadalquivir hacia Jerez, alternativa al Camino Real a Cádiz aproximadamente la actual N-IV), encharcadizos y salinos (Caño Navarro y Marismas de Dos Hermanas), o simplemente palustres ( Caños de las Cabras y de Jaraquemada, Albina del Ciego o llamada otras veces del Ancón por su forma de anca) su aprovechamiento agrícola de gran parte del término (más del 40%) es inadecuado por corresponder a tierras de ínfima calidad. De estas características se puede deducir que en el s. XVII y gran parte del XIX su aprovechamiento fuese ganadero como tierras de pastos o bien dehesas o bien pastizales marismeños, donde poder abrevar al ganado resultaba extremadamente fácil o bien en los referidos humedales o en el río. Cabe señalar que los terrenos de Dos Hermanas colindantes con Coria poseen características similares por lo que formaban un continuo de dehesas, pastizales y marismas.
Recalcamos pues que la presencia al pie de las terrazar fluviales en el contacto de la vega con ella de lagunas y charcas, se debe a la descarga de aguas desde las terrazas aluviales permeables  sobre un sutrato margoso impermeable . Por una parte esta franja de albinas era muy idoneo para concentrar ganadería en régimen semi extensivo, que incluso podía pastar en ciertos momentos por la vega que en muchos momentos permanecía inundada cuando el Guadalquivir se desbordaba. Ambas circunstancias hacian que hasta la Edad Media en que el río podía haberse refrenado algo en sus acometidas otoñales y primaverales la implantación de cultivos de secano en la "otra banda" del término coriano fuese menos productiva que la cria de vacas y bueyes, que se ajustaba mejor a la situación edafoclimática. Esto pudo cambiar cuando por una parte la presión de la necesidad de alimentar a una mayor masa demográfica, se vio acompañada de una cierta "domesticación" del río, lpor lo que el uso ganadero mermó en favor del agrícola.
La “otra banda” del término coriano estaba cruzada por dos grandes vías pecuarias de norte a sur la Cañada Real de la Mata del Chaparro que venía de Sevilla y enlazaba con la Cañada Real Soriana (con un brazo hacia la Isla Menor por el pasaje de barcas de Borrego, por eso también se conocía como Cañada de Sevilla a Isla Menor), la otra vía de noroeste a sureste que se cruzaba con la anterior era el camino de Sierra Morena (con un brazo hacía los Palacios, por eso se conocía como camino Coria a Los Palacios). Esta última cañada conocida como Cañada del Polvero (por la polvareda que en ella formaban los rebaños) enlazaba a través del paso de la barca situado donde la actualidad con la Cañada Real de la Isla Mayor (procedente de Medellín en la provincia de Badajoz). Estamos hablando que estas cañadas destinadas a conducir desde sus pastos invernales a grandes rebaños de ovejas, perderían parte de su tránsito en el primer tercio del s. XIX cuando desaparece la organización de la Mesta en 1836. En esta situación de declive progresivo del ganado ovino foráneo, ello supuso que muchos pastos fueron aprovechados para incrementar el ganado vacuno local, lo que subraya la necesidad de acotar una dehesa de vacas en Coria ya en el 1747 como hemos señalado. En el plano de 1887 no obstante del decaimiento del transito de ovejas se señalan los descansaderos y abrevaderos presentes en todo el término. Ya hemos comentado sobradamente la importancia de la ganadería como motor económico de Coria en aquellas épocas del s. XVII-XIX, por ello en el plano elaborado se señalan las tres dehesas concejiles: de bueyes, de yeguas y la mayor la de vacas, más la dehesa de la Dehesilla rodeada por las playas del Rioviejo y la de la Hermandad, existiendo también alguna otras no indicadas aquí.
Esproverbial desde la más remota antigüedad de tiempos tartesios al menos (s. VIII-V) el uso de las Marismas Sevillanas del Guadalquivir  para dar cobijo a una cabaña ganadera, esencialmente bovina, que ha dispuesto en las lagunas salobres (lucios) y en las bocas de los esteros (caños) una fuente inagotable de pastos ricos en sales. Este ganado se cria de manera extensiva sin necesidad de grandes cuidados y se presta a ser recogido y trasladado de manera rápida en las estación de lluvias cuando las marismas se hayan inundadas a puntos de refugio y donde se le puede dar curso al consumo de los excedentes de su carne. Algo parecido ocurre con el ganado caballar si bien este es más delicado a la hora de consumir yerbas y necesitar abrevarse con agua con menos salinidad, por lo que su estancia en las marismas e islas tendría un periodo y unas areas más restringidas. Es la sempieterna asocición de marismas salinas con la cría de toros y caballos.
Por tanto los humedales referidos en el término coriano servían de refugio estacional y tenían un aprovechamiento ganadero  sobre todo para el vacuno que era cíclico, pues las vacas unas veces bajaban a las Islas del Guadalquivir o las Marismas, incluso pasaban a Sierra Morena, y otras veces estaban en la Dehesa de la Atalaya. Lo mismo cabe decir de las yeguas que estaban parte del año en las Marismas del Guadalquivir, otra en la Dehesa coriana de Yeguas y finalmente en época de trilla, era cuando trabajaban en las zonas de “eras” corianas, pues ese era su uso primordial cuando aún la trilla con mulos estaba prohibida en Andalucía. Por lo que se refiere a lo más selecto del ganado los bueyes de arada y transporte, se hallaban en invierno en su Dehesa Boyar, mientras que para la época de siembra y de la cosecha del cereal, se hallaban en la Vega comiendo principalmente del barbecho o de la paja.
En definitiva en este trabajo hemos localizado y dado nombre a los antiguos humedales presentes en Coria y reconocido su importancia desde el punto de vista de su aprovechamiento ganadero (otro secundario era la cosecha de la enea o bayunco). Prueba de la importancia ganadera de Coria del Río como lugar de cría pero sobre todo de tránsito es la concesión real de la feria de ganados y mercado a celebrar en los primeros días de septiembre en 1838, cuando entonces muy pocas poblaciones contaban con tales ferias. El caso es que la de Coria no cuajó en gran éxito, debido a su coincidencia con la de Santiponce, que actuaba como feria de ganados de Sevilla y a donde acudían los ganaderos de la ciudad por estar la localidad más próxima. De cualquier forma se mantuvo como feria ganadera hasta 1860.

PD. Para poder apreciar mejor los topónimos de los mapas el autor recomienda la descarga de las referidas figuras.

1 comentario:

  1. Al respecto del manejo antiguo de las yeguas en Coria podemos decir lo siguiente : Las yeguas se encuentra en la Dehesa de las yeguas en invierno . Allí eran cubiertas por un semental traído por el ejército que hacía una parada de sementales . A veces los sementales permanecían un tiempo en el pueblo para cubrir las yeguas de los vecinos que la tenían en sus cuadras . Junto a la Dehesa de las yeguas estaba la Dehesa o el cerrado de los potros , cuando las yeguas llegaban al principio del invierno se separaban los potros que más o meno tenía ya casi el año de edad , así en ese momento los potros pasaban a la Dehesa de potros . Mientras tanto las yeguas quedaban preñadas y en primavera pasaban a las marismas de las islas del Guadalquivir . También si había suficiente hierba permanecían en la Dehesa de las yeguas a cargo del yeguerizo, sea como fuere en junio las yeguas estaban de nuevo en Aquel Lao, O en zonas cercanas a la Vega donde estaban las eras para trillar el grano . Por ley hasta finales del siglo XIX estaba prohibido en Andalucía hacer la trilla con un Trillo y un mulo , la trilla se debía de hacer con una cobra de yeguas que pisoteaban la parva y descansaban comiendo en la rastrojera cercana . Los dueños de las yeguas cobraban por hacer ese trabajo a los agricultores . La razón de no utilizar un mulo y un Trillo era para promover la ganadería caballar y su utilidad económica , ya que la cría de caballos se consideraba muy importante para el ejército que los compraba a los ganaderos locales . Como Andalucía era tierra donde se criaban muy bien los caballos y por lo tanto hacía falta tener buenas yeguas por eso se prohibía brillar con mulos de despeñaperros para abajo. Todos los caballos del ejército en España eran suministrados en tierras andaluzas . Por tanto muchos potros eran retirados por el ejército para llevárselo a los cuarteles de caballería de los distintos sitios de España o para dar servicio a la guardia civil.
    Los potros eran destetado aproximadamente a la edad de un año para pasar a continuación a cubrir a las madres con los sementales . En todo caso las yeguas podían permanecer hasta junio en las marismas para aprovechar el pasto de primavera , allí acudían las recua de yeguas que nadando atravesaban los canales o el río Guadalquivir para pasar la primavera en las islas del Guadalquivir . En todo caso en junio debía de estar trillando en las Eras, después el verano lo podían volver a pasar en las marismas . Hay que tener en cuenta que las yeguas debían alimentar con su leche a los potros al menos seis meses y que en total el embarazo de una yegua dura 12 meses , Por eso cuando llegaban las lluvias de otoño las yeguas estaba de vuelta en la Dehesa de yeguas que estaba muy próxima a la Dehesa de vacas que es la actual finca de la Dehesa de la Atalaya. Cuando llegaba el periodo de las lluvias las marismas se cubrían de agua y ya no podía estar allí y volvía en manada a su lugar de invernada en el territorio municipal habilitado para ese fin que es la Dehesa de yeguas . La persona encargada de cuidarlas era pagada por el ayuntamiento que a su vez recibía un dinero por cada yegua que introducía un ganadero . Cuando se destetaban los potros recibían el hierro de cada ganadero. Había pocos ganaderos que tuviesen de esa propia por eso introducía sus yeguas y sus potros en los terrenos dispuestos por el ayuntamiento para este fin .
    A veces también había propietarios de yeguas que llevaban a sus cobras a distintos pueblos para trillar , pero insisto en el siglo XIX la trilla en Andalucía se hacía exclusivamente con yeguas , también podían participar algún potro que circulaba al trote por la parte de fuera de tal manera que después de trillar estaba mucho más cansado por lo que esta operación se aprovechaba para desbravar a los potros que iban a ser montados y de esa manera domados .

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