sábado, 25 de octubre de 2014

23.Estado de Coria Del Río

ESTADO DE CORIA ASPECTOS RELIGIOSOS EN 1847-49. REFERENCIA DEL DICCIONARIO GEOGRAFICO DE MADOZ (II) RELIGIOSIDAD DE CORIA EN 1847-49.



El Diccionario Geografico de Madoz nos aporta algunso datos valiosos sobre la pobla ción de Coria del Rio para el año 1847, se trata de una villa cercana a Sevila que actua como centro comarcal. No hacia mucho que sobre 1809 cambia su denominación de villa de Coria a secas por la de "Coria del Río" para distinguirla de la población homónima Coria de Cáceres ( curiosamente tambíén designada como nuestra población por los romanos como Caura y que también usa del gentilicio "corianos" para designar a sus habitantes). Tal cambio de nombre se produjo según se deduce de las actas capitulares del Concejo ramplonamente sin que mediase un acuerdo del mismo, sino simplemente incluyendo el nuevo nombre en las actas. Por otra parte Coria del Río se hayaba bien comunicada con la capital a través del Río Guadalquivir y su servicio de vapores, también con un camino carretero que bordeando la cornisa del Aljarafe pasando por las proximidades de Palomares del Río, por Gelves, San Juan de Aznalfarache, término de Tomares, Vega de Triana y la calle San Jacinto del arrabal de Triana, pasando el aún existente puente de barcas entraba en Sevilla en el barrio del Arenal por la puerta de Triana. Cuenta con 760 vecinos lo que supone 3,183 almas. Los vecinos se dedican principalmete a las astividades de la ganadería, que les lleva frecuentemente a la Isla Mayor donde algunas acaudalado corianos mantiene una ganadería de vacas y caballos. También es ocupación del vecindario la agricultura de secano, existiendo una fuerte masa de jornaleros. Reciente está aún la Desamortización Eclasiastica de 1835 que supuso el traspaso de un porcentaje considerable de tierras desde la Iglesia a sus antiguos arrendadores. Por último otra actividad importante pero que experimenta cierta decadencia es la relacionada con el tráfico comercial a través del río y con el mar (pequeños navieros, barqueros, tratantes, carpinteros de ribera y pescadores). También emplea numerosa mano de obra en Coria del Río los hornos de tejas y de ladrillos.
De la siguiente descripción que aparece en el Madoz podremos hacer una valoración sobre la vida eclesial y religiosa.
CORIA DEL RIO (1847) : v[illa] . con ayunt[amiento]. en la prov[incia]. , part[ido]. jud[icial]. (juzgado segundo); aud[iencia]. terr[itorial]. , c[apitanía]. g[eneral]. , y dióc[esis]. de Sevilla (2 leg[uas].).
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Tiene 532 CASAS inclusa la de ayunt[amiento]., 15 calles, cárcel, pósito con 108 fan[egas]. de trigo y 3,333 r[eales]. en existencias, y 25,559 fan. en deudas; un hospital, cuyas rentas consisten en 240 rs. de una casa y 285 de varios tributos ; 3 escuelas de niños , una dotada por los fondos públicos con 1,825 rs., y la de niñas con 550 rs., asistiendo á aquellas 108 alumnos; igl[esia]. parr[oquial]. (Ntra. Sra. de la Estrella), junto al cementerio, siendo el curato de segundo ascenso, servido por un cura ecónomo, 2 beneficiados, sochantre, sacristán, organista, etc.: una ermita dedicada á San Juan, dentro de la población, como la de Ntra. Sra. de la Soledad, ambas en uso á cargo del ayunt[amiento].; la del hospital, que lo está al de la beneficencia, y la de Ntra. Sra. del Carmen, sin uso por haberse hundido.


Por el diccionario geográfico de Miñarro, anterior el de Madoz sabemos además que Coria contaba con un estanco de tabacos y numerosas tabernas, así como con varias posadas. Entre sus actividades estaban algunos telares de lienzo y un gremio de arriería de relativa importancia entre los que estaba como sector más importante el de los carreteros. Anteriormente tuvo un convento de frailes.
Aproposito de esta reseña del Diccionario Madoz, podemos comentar respecto a la vida religiosa de Coria del Rio en la que naturalmente tiene su mayor protagonismo la parroquia de Nra. Sra. de la Estrella, la composición de su clero. Coria siempre contó con tres sacerdotes uno que ejercía el curato y dos beneficiados asociados al primero como sacerdotes auxiliares y sin obligación de "cura de almas". El curato es el oficio clerical que supone la instrucción mediante sermones y atención a los fieles a través de los sacramentos (bautismo,confesión y eucaristía), en el caso referido es tambien el encargado como "cura ecónomo" de llevar las cuentas y disponer del dinaro de la "fábrica parroquial". Este hecho ya señala la preminencia del cura sobre los otros dos beneficiados en la rectoría de la parroquia. Anteriormente a la Desamortización en el Antiguo Régimen, el "cura servidero" solía tener menos "sueldo" y más "trabajo" que los beneficiados, pero ahora cuando falta la aportación de los diezmos y otras porvenientes de las capellanías la situación se invierte. El curato lo había en la categoría de: entrada, de primer ascenso, de segundo ascenso y de término. Luego quiere decir que la asignación económica al cura de Coria era una asiganción de un nivel intermedio como corresponde a las necesidades de un pueblo con ingresos intermedios como es Coria. Una idea de la improtancia del pueblo nos la da la de la categoría de su curato 2º ascenso , pues segun los datos de 1869 que nos pueden servir de referencia segun la Cronica Gral de España de Rubio,Grilo y Vitturi para la provincia de Sevilla de los 124 curas que ejercian en las parroquias 24 eran de término, 35 de 2º ascenso (como el de Coria) , 14 de 1º ascenso y 41 de entrada. Se observa pues que ya en 1869 no existían los beneficiados sino que entonces esitriría ya un sacerdote coajuctor.
Una de las misiones de los curas de Coria era atender desde tiempo inmemorial la población que moraba en la Atalaya ( conjunto de chozas en la actual Dehesa de la Atalaya que era la antigua alquería denominada Loya), yendo a decir misa en ella los domingos sin que existiese en esa pedanía una iglesía, sino que una choza servía para tal propósito. Una continuación de esta práctica fue con posterioridad la celebraciones de las misas en la proxima finca de la Cascajera (segregada de la propiedad del Concejo de Coria en n momento indeterminado entre 1845-70), donde se podía celebrar esta misa con mayor dignidad en la capilla de ese cortijo. Estas misas en la Cascajera se han celebrado hasta hace relativamente poco tiempo.

Beneficiado es el clérigo generalmente sacerdote perteneciente al clero secular que recibe rentas por cumplir con el rezo de maitines y tercias en una iglesia y asistir u oficiar los entierros. Sus obligaciones eran bastantes limitadas, por lo que a su vez ostentaban algunas capellanías de la parroquia o ayudaban a llevar las cuentas. Anteriormente a 1835 el beneficiado titular de un beneficio (asignación económica) podía nombrar incluso a un sustituto y ausentarse de la parroquia. En el Antiguo Regimen las rentas de los beneficios solían provenir de los impuestos religiosos como los diezmos y las primicias, y en cobros por el ejercicio del culto en misas de difuntos y capellanías en otros ingresos, a veces derivados de propiedades territoriales de fincas rurales o urbanas vinculadas al beneficio. Se daba la paradoja que los ingresos de los curatos eran menores en muchas ocasiones, siendo mayores sus obligaciones que los de los beneficiados, pues si bien todos participaban de un tercio de los diezmos como entrada principal, los primeros (curatos) se suministraban adicionalmente de los derechos de estola (celebraciones de entierros, bodas y bautizos), mientras que los beneficiados tenían otros ingresos extras en las capellanías, que acumulaban un monto superior.
La capellanía era una institución hecha con autoridad del Juez Ordinario y con base a las rentas del fundador de la misma con obligación de Misas tras su fallecimiento y algunas con asistencia a la Horas Canónicas por parte de los sacerdotes beneficiados que actuaban como capellanes. El capellán servía a la capellanía cumplía con sus cargas, como eran la celebración de un cierto número de misas en fiestas particulares, o como custodio de alguna obra benéfica. Fundamentalmente las capellanías eran obras pías, mediante las cuales el fundador, generalmente una persona acaudalada, dejaba en su testamento una cantidad de dinero que se ponía en renta, un terreno de labor o una casa en alquiler , para que con las ganancias se pagara la realización de un número determinado de misas por la salvación de su alma. En la importancia que adquirieron las capellanías durante los siglos XVI- XVIII tuvo mucho que ver la cultura del barroco que hizo énfasis en la muerte, el Purgatorio y la salvación del alma.
Las relaciones entre la Iglesia, el poder establecido y la sociedad fue difícil a partir de 1833 y hasta 1851. Tensada aún más por la posición de los carlistas frente a los liberales y la 1ª Guerra Carlista (1833-1840) que aunque se desarrolló lejos de Andalucía afectó a toda la sociedad española. Prueba de ello son la quema de los conventos y otros ataques.
Cuando se produce la desamortización eclesiástica en 1835 y las rentas de la iglesia fueron asumidas por el Estado que subastó los bienes de manos muertas (por tanto las capellanías se deshacen ) y en 1837 se suprimen los impuestos de diezmos y primicias. Una parte del diezmo de la feligresía se aplicaba directamente a subvencionar el culto parroquial, por lo que así en función de la población de que se tratase, ha bía parroquias con mayores o menores ingresos en función de la riqueza bruta de la población en que estaba. La Iglesia pasa a depender a partir de esa fecha de sus propios ingresos. La supresión de los diezmos acordada en España en 1837 no se pudo hacer efectiva de inmediato, pues las necesidades de recursos para la Primera Guerra Carlista (1833-1840) , obligaron a diferir la efectividad de la medida hasta la conclusión del conflicto. En 1841 nació la contribución de culto y clero que supuso, que un impuesto de cara a la financiación de la Iglesia similar al diezmo siguiese incidiendo aunque fuese con otro nombre. Sin embargo a partir del Concordato de 1851 los salarios del clero secular pasan a ser suministrados por el Estado en concepto de compensación de todos los bienes desmortizados. En 1847 de cuando procede la descripción del diccionario de Madoz nos encontramos en un momento anterior al Concordato que fijaría de manera definitiva la financiación de la Iglesia y los clérigos.
Junto al cura y los dos beneficiados, en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Estrella había otros cargos generalmente obstentados por laicos como es el de
sochantre (encargado de dirigir el canto en latin en las misas cantadas y en los entierros), sacristán (quienestá al cargo del cuidado y limpieza de la iglesia, la sacristía y de los objetos sagrados que contienen. Es además el encargado de preparar todo lo necesario para la celebración de la misa) , los monaguillos y el organista (que cobraba en fucion a las misas en que tocase el órgano).
En cuanto al clero regular anteriormente había existido en Coria un pequeño convento de frailes franciscanos en la calle del Ciprés, calles de los Padres, que después de la exclaustración de los conventos fue disuelto, no obstante alguno de los 5 o 6 frailes que tenía si tenía orden sagrada quedcó asociado a la parroquia como beneficiado. Era tradición que uno de estos padres franciscanos obstentase tal cargo de beneficiado en la parroquía aún antes de las referidas excalustraciones.Así nos dice el Diccionario de Miñarro que tuvo anteriormente un convento de frailes y que nosotros sabemos que eran franciscanos. En este convento según se dedduce de los restos encontrados al derribar la cas en que se encontraba sobre los años 1960, se dedicaba a procesar hierbas del campo para fabricar perfumenes y esencias, posiblemente también tenían actividad de farmacia pues con posterioridad en la acera de enfrente al convento se estableció la primera botica de Coria.
El convento pequeño de frailes franciscanos de la calle de los Padres, muy posiblemente se vió afectado por el decreto de 25 de octubre de 1820 que aprobaron los liberales después del triunfo de la Revolución de Riego, suprimía todos los monasterios y reducía los conventos a uno por orden y localidad siempre que contasen con un mínimo de doce profesos. Los frailes que quisiesen secularizarse serían apoyados por el Gobierno con subvenciones. El proceso de secularización que se llevó a cabo durante el Trienio Constitucional de 180-23 provocó la salida de muchos frailes de los conventos, que después no se reintegraron a ellos y siguieron viviendo como sacerdotes seculares. A esto se añade el hecho de la desamortización de Mendizabal (1834-1854) que dificultó la vuelta de los frailes a su situación anterior. Posiblemente este fue el caso de un fraile franciscano exclaustrado que figura en la parroquia en el momento de la fundación de la Hermandad del Rocío en Coria en 1849. ( vease Historia de la Hermandad del Rocío de Coria).
La desamortización de Mendizábal (1835), se produjo en un momento en que frailes y monjes eran claramente partidarios de los carlistas contra los liberales sobre todo los llamados "liberales exaltados" en la guerra en curso. Simultáneamente comenzó un proceso de descristianización de la sociedad española en que los frailes ocuparon el papel de chivo expiatorio, así se produjo la matanza de frailes de 1834. Durante el s. XIX hubo algunas rebeliones populares violentas que escogían a conventos y otras instituciones religiosas como objeto inmediato de su ira (quema de conventos). Los gobiernos de los liberales moderados permitieron la restauración de buena parte de las comunidades religiosas y lograron unas mejores relaciones con el Vaticano por el Concordato de 1851. La vuelta de las comunidades religiosas masculinas se acentuó después de la Restauración borbónica en 1874 tras un sexenio revolucionario, concentrándose su actividad a partir de entonces más en la asistencia social y la educación.

El pequeño convento de frailes franciscanos de la calle "de los Padres" de Coria del Rio, muy posiblemente se vió afectado por el decreto de 25 de octubre de 1820 que aprobaron los liberales, desde entonces sus pocos frailes se vieron exclaustrados, sus bienes vendidos, el convento posteriormente subastado como parte de los "bienes nacionales" y en parte derribado para constiuir varias casas ( afinales del s. XIX hubo en una parte de él un colegio). Algunos fraile con "ordenes eclesiásticas" se integró en la Parroquia de la Estrella como beneficiado. En la figura se obseba el emblema de la orden franciscana.
La información recogida pro Madoz nos dice que aún en 1849 el cementerio de Coria estaba "junto a la iglesia parroquial", no faltaría mucho para que el mismo se calusurase y se trasladase ya con carácter municipal al Cerro de Cantalobos, por motivo de estar ese saturado y no dar abastos a nuevas sepulturas tras las epidemias de cólera de mediados del s. XIX en Coria del Río.
Vamos ahora a referirnos a los edificios religiosos de nuestra localidad en 1847. En primer lugar está la Parroquia de nuestra Sra de la Estrella, este edificio se conserva básicamente en igual estado en la actualidad. Se nombra que junto a al Iglesia se halla el cementerio parroquial y por tanto el único que existía en 1847 en Coria . En efecto este cementerio tenía su entrada junto a la cabecera del ábsidedel templo desde la actual calle Iglesia, pero también se accedía por la puerta Este desde el interior de la iglesia. El cementerio estaba vallado y que envolvía el edificio del iglesia por su parte Este con sus tapias dando hacia el río. En este cementerio exterior se enterraban la gente humilde de Coria, hasta que criptas y cementerio fueron clausurados a partir de la epidemia de cólera habida en en el último tercio del s XIX cuando se abrió el cementerio municipal de la Magdalena en el cerro de Cantalobos, justo en el espacio que hoy ocupa el Auditorio Municipal.
En relación a las ermitas y capillas existentes en 1847 se citan cuatro. La ermita del Carmen hundida que es la antigua denominada de la Magdalena. Tambien se cita al capilla del Hospital de la Misericordia en la calle Larga conocida también entonces como calle del Hospital (hoy acceso a Avda. 1º Mayo) que de pende de la beneficencia, es decir el Hospital fue desamortizado pasando por incautación de la Hermandad de La Misericordia que lo sostenía al Estado, osea en su nombre a la Junta Municipal de Beneficencia. El Hospital estaría en un principio destinado entonces a atender las plagas y casos de cólera que se dieron en Coria por esas fechas. Sin embargo en 1847 todavia se destinaba la capilla de dicho Hospital al culto pues era la sede de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Cristo de "la Misericordia" que contaba con la mayor devoción de los fieles, de tal manera que esta cofradía se podía sostener con los recursos de las limosnas de sus devotos. Mientras que la desamortización de Mendizábal dejó sin recursos de rentas a las otras dos Hermandades de La Veracruz y de la Soledad, por lo que entraron en mucha mayor decadencia. Esto se señala en el texto de Madoz en que se citan sus ermitas respectivas de "San Juan, dentro de la población, como la de Ntra. Sra. de la Soledad, ambas en uso á cargo del ayuntamiento". Es decir sus cofradías tenían una situación muy precaria y en cierto modo sus templos estaban en ese momento en poder del ayuntamiento que los sostenía es decir en cierta manera interpreto que estas cofradias estaban por así decirlo en arriendo. Posteriormente y posiblemente en virtud de pleitos interpuestos por el Arzobispado estos templos pasaron de nuevo a las citadas cofradías. Paradojicamente con el tiempo luego que el Hospital fuese destruido en parte , aunque quedó la capilla del Nazareno tendría problemas de mantenimiento a los que su Hermandad no pudo hacer frente lo que le obligó a su traslado a la Ermita de San Juan Bautista en el Cerro Alto, y de aquí que esta Cofradía al carecer de Templo propio entrase en una mayor crisis a diferencia de las otras dos. El Hospital en manos de la Beneficencia y con misión de curar casos de cólera duraría poco en tal función pues se cerró en 1866.La parte del jardin del Hospital y otra crujía una vez destruida sirvió para la construcción de las casas del maestro y de la maestra de las escuelas a cargo del municipio. La huerta trasera del Hospital una vez subastada se convertiría en un espacio primero donde puso su negocio de ultramarinos El Pitero y construyó además un corral de vecinos (más tarde se construiría aquí el Teatro Luna o tambien llamado Quevedo). Otra finca aneja que perteneció a la Hermandad del Santísimo Sacramento serviría para que al final del s. XIX en 1892se construyera la Plaza de Abastos (hoy patio de la calle Antonio Perez que forma parte del corral del Pitero) y el nuevo cuartel de la Guardia Civil (hoy biblioteca Municipal). Mientras tanto la capilla del Hospital pasó al Arzobispado de Sevilla, que a finales del s. XIX la cedió para la erección de un nuevo colegio de niñas tras ser esta parte del edificio del antiguo hospital restaurado y reconvertido.

Apendice
Me ha resultado muy interesante el hecho de que en Coria existiese ese conventiculo franciscano. En la antiguedad sólo los frailes y ciertos boticarios poseían los conocimientos necesarios para trabajar con las plantas, dominar el proceso de su destilación en alambiques para fabricar esensias de perfúmenes, elixires y otros licores "medicinales". Es posible también que fuese en la dasmortización de 1820 de los Conventos cuando el mismo desapareciese, pues en algunos casos cuando estos eran pequeños, no lograron luego reponerse.
El numero de clérigos en la parroquia de la Estrella se había mantenido al menos desde 1411 en tres. En esta época los tres clerigos jugaban un papel equivalente, pues en este momento no existían capellanías en al parroquia, igual situación se da en 1491. Pero en el s. XVII se hace la distinción entre cura (llamado beneficiado curero) que atiende la "cura de almas" y la administración de los sacramentos y otros dos clerigos beneficiados que atienden las capellanias, el rezo publico de los oficios divinos, las misas cantadas y los entierros. El cura era nombrado por el obispo entre los beneficiados y todos disponían por lo general de ordenes mayores. Esta situación de un cura que actua de rector de la parroquia y dos beneficiados se mantiene hasta 1791 en que en la Archidiocesis de Sevilla se promulga el Plan de Curatos, que suprime gran numero de capellanías y el curato pasa a disponer de mayor renta que los beneficiados (más o menos el doble) definiendose segun los ingresos de cada parroquia curatos de 1ª, 2ª y 3ª clase. A partir de 1791 es necesario examinarse y hacer oposición para alcanzar esos curatos por lo que todo ello supone una trasformación esencial en el clero. En 1826 se crea el seminario conciliar del arzobispado de Sevilla con sede en Sanlucar de Barrameda para formar a los seminaristas que serían los futuros presbíteros. A partir del segundo tercio del s. XIX los sacerdotes se distinguen por sus emolumentos en ecónomo, curas de entrada,primer ascenso, segundo ascenso y de término, debiendo concurrir a oposiciones para cada parroquia según la categoría de cada curato asociado a la misma. En 1851 bajo el gobierno de los moderados se firma el Concordato con la Santa Sede, por el cual la Hacienda Pública se hace cargo de los haberes de los clérigos de cada parroquia en atención a su servicio religiosos al pueblo y como compensación a la Iglesia de todos los bienes eclesiásticos desamortizados en 1836.El papel de los baneficiados es más bien testimonial en cada parroquia pues sus ingresos son muy reducidos y a la postre estos beneficiados acabarían por ser suprimidos. En 1849 según los datos del Diccionario Madoz el curato de Coria era de la categoría de segundo ascenso, servido por un cura ecónomo, 2 beneficiados que como hemos dicho a su muerte se extinguiría esta figura,y el papel de dichos beneficiados se supliría por el de un cura ayudante o llamado coajuctor.

Los frailes sufrieron tres exclaustraciones en el s. XIX. la primera en 1810 en tiempos del rey José I quien decretó la extinción de las ordenes religiosa y la incautación de sus bienes.Lo mismo se repite en 1820 durante el gobierno de los liberales en la regencia de Maria Cristina durante su viudedad y minoría de edad de su hija posterior Isabel I. Por último, en el contexto de la Revolución Liberal española (Desamortización de Mendizábal, Primera Guerra Carlista y los motines populares que incluyeron la quema de conventos) se promulga la Real Orden de Exclaustración Eclesiástica de 1835 se produjo en España la supresión de todos los conventos en los que no hubiera al menos doce religiosos profesos, por lo que tan sólo quedaron ocho monasterios en toda España.No seía hasta 1877 tras la proclamación de la constitución el año anterior que junto a la libertad de credo permite la restauración de las ordenes religiosas.

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