domingo, 21 de agosto de 2016

35. Los molinos harineros de Coria del Río en el Ríopudio a finales del s. XIX-ppios. s. XX





El caudal del arroyo Riopudio es grande para mover sencillas piedrsa de molino de forma que el agua de escorrentía era represada en una cascada muy grande de molinos dispuestos en su cauce . De tal forma que el agua que accionaba un molino era la misma que accionaba el siguiente , para ello solo se necesitaba mantener una distancia entre uno y el siguiente. Por supuesto que la actividad de los molinos estaba en función de la pluviometría y por ello entraban en funcionamiento entre el otoño y la primavera siempre que las condiciones de lluvias fuesen favorables. Por lo que la molienda podía ser intermitente, pero se debe tener en cuenta que los molinos retenían el agua y por lo tanto no es como ahora que un curso libre hace que el agua de alguna tormenta tarde sólo cuestión de 3-4 días en bajar y recorrer todo el arroyo.
La situación de los molinos del Riopudio que había en Coria tenían la ventaja de estar al final de la cuenca hidrografíca de ese río y por tanto acumular practicamente toda el agua de salida de la cuenca . 
En el plano del término de Coria del Río con las vías pecuarias de 1873 (ver  pag.250-251 del libro “Coria del Río. Aproximación a su realidad geohistórica”. Suárez Japón, Juan Manuel y otros. Ed. Ayuntamiento de Coria de Río (1987)) se observa que aparecen señalados tres molinos harineros sobre el cauce del Riopudio que son en sentido descendente de su cauce los Molinos de Anastasio [Martín], de Suárez y Angorilla. El Molino de Suárez fue el último en dejar de funcionar y estuvo en manos de la Familia Ruiz quien en la década de 1920 se lo vendió a la familia Ramírez que instaló en esos terrenos un almacén de aceitunas denominado del Pollo. Anteriormente este molino se le denominó también como del Escarabajo. Cuando la Familia Ruiz vendió el molino no dejó su actividad en la producción de harinas, sino que se adaptó al curso de los tiempos creando un nuevo molino impulsado por maquinaria eléctrica en la calle de la Laguna (donde hasta hace poco ha estado la tienda de muebles y electrodomésticos de los hermanos Gordillo). Por aquel entonces existía otro molino de harinas en Coria del Río llamado "Nuestra Señora de la Estrella" de la Familia Fernández-Santacruz  que era impulsado con máquina de vapor y que para los gases de combustión disponía de una gran chimenea (situado en la esquina opuesta al bar los Claveles) . Sobre 1909 concierta el Ayuntamiento de Coria del Río el alumbrado público con la Compañía Sevillana de Electricidad lo que permitió que su gerente , Carlos de Mesa Sánchez pudiese convertir en eléctrica esta fábrica de harinas, incluyendo en la misma una casa para el electricista encargado de su mantenimiento. Este molino se quedaría obsoleto también algo antes de la guerra civil en que dejó de producir. El molino de Santacruz se encontraba gestionado por Carlos de Mesa el que fuese cuñado de Santacruz y gerente de este molino.
Volviendo a los tres molinos harineros estos mismos  son los que debían de existir en 1849 pues el diccionario geográfico de Madoz indica que existen en Coria 3 molinos harineros los mismos que en 1873. Cotejando planos de Coria de principios del s. XX (aprox. 1918) donde aparece el caserío pero sin rotular hemos hecho la reducción de su localización a otros planos actuales, donde se señala lo que sería su antigua ubicación y que aquí mostramos. 

Señalamos como curiosidad que en este plano se observa ee arroyo Riopudio atravesando el término de Coria de NO-SE hasta llegar a las proximidades del Guadalquivir donde hace un esguince para desembocar antiguamente en el término de la Puebla del Rio. Mapa de 1873. En rojo se señalas de norte a sur ; el molino de Anastasio,el molino de Suarez (conocido como molino del Escarabajo) y molino de Angorilla.
Frente a la calle Isla ( al final de la misma) en su intersección con Tinajerías no había casa sino una calleja que daba a una haza alargada y estrecha llamada la Aranzadilla ( de "pequeña aranzada" o vulgarmente Lanzadilla), muestra que la finca ocupó un antiguo camino en deshuso, en efecto desde ahí salia el camino al molino conocido como de la Angorilla. Más arriba en el Riopudio estaba el molino de Suarez o del Escarabajo y aún más arriba el de Anastasio, donde en unos muros arruinados se encontró un azulejo con características del s. XVIII indicando que era "casa"(propiedad) del Monasterio de religiosas de San Clemente el Real [de la ciudad de Sevilla]. Posiblemente se trataba de un bien adquirido a esas monjas o más bien desamortizado en la desamortización de Mendizábal a partir de 1836. De estos tres molinos el último que dejaría de funcionar era el de la familia Ramirez "El Pollo" cuando la finca asociada se convirtió en almacen para la elaboración de aceitunas sevillanas.
 
 Localizacion del Molino de Anastasio Martín (rico ganadero y terrateniente coriano de finales del s.XIX) que ocupaba una huerta que fue de Miguel Delmás
 Molino de Suarez (rico ganadero y terrateniente coriano de finales del s.XIX) que ocupaba la huerta y almacenes de aceitunas del Pollo
 Molino de Angorilla antiguamente situado en la intersección de las actuales calles Marismas en la Blanca Paloma y Lúgano en el Polígono Riopudio con el canal de dicho arroyo.
 
Si nos referimos a los molinos harineros de agua son cinco los que se reflejan en las preguntas generales del Catastro de Ensenada que corresponden a la situación de los mismos en 1750 recogidas para la villa de Coria (Nieto Cortés J.M., Coría del Río en el s. XVIII según el Catastro de Ensenada, pp. 87-88 E. Dip. de Sevilla ,2004). Estos cinco molinos se sañala que se encontraban en el Riopudio y muelen de represa.  No se indican los nombres de los mismos, pero demos por hecho que algunos de ellos se arruinaron y en 1849 (Diccionario de Madoz) solo quedaban los tres que se han indicado. Existió el topónimo Huerta del Batán en la zona actual del Cangilón (¿Batán, tal vez un molino harinero reconvertido?). 
Otros datos que aporta el Catastro de Ensenada es que uno de los molinos es de una piedra y para los otros cuatro restantes las aguas movían dos piedras (mayor capacidad de molienda). Se estima que estos molinos redituan al año cada uno 3300 reales de vellón . Dos molinos son de seglares y otros tres de eclesisáticos. Los molinos solían ser una buena inversión para los conventos, por lo que era frecuente que algún ricohombre que tuviese un hijo monje o monja le entregase como herencia o dote un molino, con lo cual muchos de ellos pasaron a ser propiedad de los conventos y en particular de conventos de monjas (indirectamente pues eran propiedad de la Iglesia). Esos "eclesiásticos" encontraban en los molinos que arrendaban bajo un estricto pliego de condiciones a un molinero constiuían una buena fuente de ingreso para los conventos. En el Catastro se señala entre los vecinos de Coria tres arrendadores de molinos  con una ganacia de 4030 r.v. i.e. una renta media anual de 1343 r.v. (op. ci. p.47) por lo que se puede suponer que ellos corresponden a los arendadores de molinos "eclesiásticos".
Infiriendo algunos datos más del citado Catastro podemos señalar  con cierta lógica que los propietarios de los tres molinos eclesiasticos serían Monjas de S. Clemente el Real de Sevilla (nombrado más tarde Molino de Anastasio), Molino del Hospital de la Santa Caridad de Sevilla  y molino de la Capellanía de Ignacio Garzón y Josefa de Salas , su mujer (HISTORIA DE LA VILLA DE CORIA DEL RÍO. Daniel Pineda Novo. Editorial: Excmo. Ayuntam. de Coria del Rio, 1968 p. 75) .